miércoles, 30 de marzo de 2016

La noche del Tango

La noche se hacía esperar. No sabía si era una sensación, simplemente, o era la Tierra la que había decidido frenar su eterna carrera y detener el tiempo a su alrededor. 

Solamente unos minutos antes había estado preparando la estrategia, lo llevaba haciendo desde hacía una semana en realidad. Lo deseaba tanto como aquellos sueños que tenía siendo niña y que nunca encontraron la manera de ver la luz, esos sueños que eran claveles incrustados en el rosal de su pecho, bellos pero fuera de lugar.