martes, 27 de enero de 2015

El reloj sin horas

Una vez me regalaron un reloj.

Su esfera era de cristal, muy limpia y transparente. La correa era roja. Podía ponérmelo yo solo en la muñeca cada vez que quería. No tenía dibujadas las horas como todos esos relojes serios que se ven por todas partes. En lugar de tener una manecilla larga, otra corta y otra que se movía continuamente, sólo tenía una manecilla, roja también.

lunes, 19 de enero de 2015

La traición

Sobre la mesa del salón, casi a oscuras, dejaba reposar la cabeza sobre las manos que tanto habían hecho por él.

En la penumbra lo miraba, envuelto el espíritu en una especie de argamasa de tristeza y de incredulidad. Tantos años, se recordaba, tanto esfuerzo, tanta dedicación, tanto sacrificio.

jueves, 8 de enero de 2015

El lápiz que no sabía dibujar

Cito era de color rojo, era un lápiz, con cuerpo de madera. Tenía una punta fina, muy delgada, parecía que podría romperse en cualquier momento sólo con mirarla. Era de un rojo brillante, llamativo, nada que ver con esos otros lápices apagados y monótonos hechos de plástico. Él estaba hecho con buena madera de Cedro de incienso y olía a escuela, a escuela de verano, en la que las horas y los días se dedican a jugar y a divertirse.