miércoles, 4 de noviembre de 2015

Invisibles

Vuelven a ser invisibles.

Invisibles ante el espejo, que ya está curado de espanto, que tanto sabe de batallas perdidas y guerras abandonadas, que lo ha visto todo y que todo calla.

Invisibles para los ojos, poco curiosos, de los buenos conciudadanos que ya nunca se meten en líos ajenos. Para los ojos de los vecinos que, testigos mudos de cada golpe, de cada grito de dolor, prefieren mirar hacia la pared y seguir pensando que no hacen mal a nadie, que con ellos no va la historia, que cada cual en su casa y Dios en la de todos.

miércoles, 21 de octubre de 2015

El aeropuerto

Casi las seis de la mañana.

El reloj, que se alzaba visible desde casi cualquier rincón del recinto, continuaba su marcha atrás imparable. Sólo una hora para abandonar tantas y tantas cosas que se quedarían esperando su regreso. Los malos recuerdos, y los buenos, iban empacados junto con su secador de pelo, sus abrigos y su ropa interior de mil colores.

lunes, 10 de agosto de 2015

El guardián

Comenzaba a clarear. Junto a un grupo de barquillas una figura solitaria caminaba siguiendo la ruta marcada por el agua. No habría más de seis o siete embarcaciones, todas ellas varadas en la arena, esperando el momento en el que poder dibujar sobre el mar su propio recuerdo. 

miércoles, 8 de abril de 2015

El cadáver

La oficina estaba cerrada desde el viernes, por lo que la persona que la descubrió supuso que fue a última hora de la tarde de ese día cuando la mataron.

Como cada lunes, la señora de la limpieza se disponía a dar el primer repaso a todas las salas, antes que llegaran el resto de los empleados. Le gustaba que cuando llegaban los demás todo estuviera reluciente. Por eso empezaba temprano. Eran las 7:15 de la mañana.

jueves, 5 de marzo de 2015

El tatuaje

Llevaba días con esa imagen dándole vueltas en su cabeza y por fin se decidió a hacerlo.

Cuando entró en el estudio de tatuajes se formó un pequeño revuelo, nadie se lo esperaba. Los clientes que allí había no sabían como actuar. Un señor, delgado y con melena larga oscura, que estaba esperando sentado en un sofá, se levantó y salió corriendo mirando hacia atrás. Una joven, con el pelo corto y verde, que estaba tatuando una mariposa a otro jovencito se quedó congelada y la herramienta se le cayó al suelo con gran estruendo.

viernes, 20 de febrero de 2015

Raíces

Como cada mañana salió de su casa con la batalla medio perdida. Cada vez le costaba más enfrentar los miedos y angustias que le provocaban la rutina. 

De camino al coche miró hacia arriba, como solía hacer, en un gesto rutinario, mecánico y enfermizo. Siempre el mismo camino, siempre los mismos gestos, el mismo destino, el ritual de lo habitual...

Contempló el cielo azul, limpio y claro, pero ya ni siquiera eso lo alegraba. 

martes, 27 de enero de 2015

El reloj sin horas

Una vez me regalaron un reloj.

Su esfera era de cristal, muy limpia y transparente. La correa era roja. Podía ponérmelo yo solo en la muñeca cada vez que quería. No tenía dibujadas las horas como todos esos relojes serios que se ven por todas partes. En lugar de tener una manecilla larga, otra corta y otra que se movía continuamente, sólo tenía una manecilla, roja también.

lunes, 19 de enero de 2015

La traición

Sobre la mesa del salón, casi a oscuras, dejaba reposar la cabeza sobre las manos que tanto habían hecho por él.

En la penumbra lo miraba, envuelto el espíritu en una especie de argamasa de tristeza y de incredulidad. Tantos años, se recordaba, tanto esfuerzo, tanta dedicación, tanto sacrificio.

jueves, 8 de enero de 2015

El lápiz que no sabía dibujar

Cito era de color rojo, era un lápiz, con cuerpo de madera. Tenía una punta fina, muy delgada, parecía que podría romperse en cualquier momento sólo con mirarla. Era de un rojo brillante, llamativo, nada que ver con esos otros lápices apagados y monótonos hechos de plástico. Él estaba hecho con buena madera de Cedro de incienso y olía a escuela, a escuela de verano, en la que las horas y los días se dedican a jugar y a divertirse.