miércoles, 4 de septiembre de 2013

El amante dormido


Desde el rincón de aquella maldita cama, en medio de la penumbra salvadora, sabía que aquello no podía funcionar. Años de ciega dedicación, de fiel entrega, de amor incondicional no podrían difuminarse en tan solo unos días. Pero la deseaba tanto, la necesitaba de aquella manera tan primitiva…

Desde el rincón, junto a ella, cerca de su tranquilo y atractivo descanso,  sabía que aunque se condenaba era lo que quería. Un solo segundo junto a ella era más valioso para él que toda una vida, que toda su vida.

Los últimos días habían sido tan distintos, tan reales, que ya nada le importaba de los antiguos sentimientos, de los que estaba tan seguro hasta hace tan poco y que ahora se tornaban tan irreales. Una sola mirada le bastó para bajar toda su guardia, un solo roce de su mano con el brazo de ella, casi infantil, logró sacar al amante que llevaba dentro, durante tiempo dormido, ahora se daba cuenta.

No fueron sus ojos, no fue su radiante sonrisa. No fue su manera de hablar, de tratarlo, de hacerlo sentir único en el mundo. No fue su forma de afrontar los retos, ni siquiera fue el descubrir su propio sabor en los labios que apasionada y desesperadamente le devolvían la libertad, siempre detrás de esa mágica sonrisa. No fue nada de eso y, estaba seguro, lo había sentido, había sido todo eso a la vez.

Ella era la parte de su alma que había perdido no sabía muy bien cuando. La inocencia que le abandonó junto a su infancia. El trozo de corazón que se le había roto y caído a fuerza de golpes de las mismas manos que antes lo acariciaban.

Ella lo era todo, ella lo es todo, se dijo repetitiva y casi mecánicamente. Y allí, en el rincón de esa maldita cama, en la penumbra, decidió apostar por esta locura que lo envolvía, lucharía por ella, porque ella ya formaba parte de él…, para siempre.

martes, 3 de septiembre de 2013

Destino


Las 6 en punto en el radio despertador de la mesita de noche. Despacio, el mundo volvió a ser real en sus ojos. Su primer gesto, como cada día desde hacía meses, alcanzar el paquete de chicles de nicotina que mantenía a raya el temblor de manos.

Volvía a no recordar donde estaba. Consiguió levantarse a pesar de su cita con el Legendario de la noche anterior.

Tras un breve momento frente a si mismo, otra vez la necesidad, el recuerdo, el remordimiento… Miró con miedo el cadáver de la rubia que, con más mala suerte que buena, se cruzó en su camino en el bar.

Mecánicamente, como siempre hacía, introdujo su joven e inerte cuerpo en una bolsa verde de basura. No había nadie en la aún oscura calle del motel en el que había pertrechado su última aventura. Sólo un pájaro taciturno en la ventana de al lado. Depositó su trofeo mortal en el maletero de su megane. Encendió el navegador TOMTOM, ¿destino?, tras unos segundos tecleo “Sevilla”.

Siempre había querido conocer Sevilla.

viernes, 2 de agosto de 2013

Pequeñas cosas

Primer día de vacaciones. Un puro, un buen vaso de un buen ron y la noche por delante sentado en el porche de mi apartamento oyendo el Mar, la Mar, romper inquieta en la orilla desgastada.

La familia durmiendo y yo, nocturno como siempre, disfrutando de las horas a solas conmigo mismo, siendo yo con un buen vaso de ron y un puro, sólo yo.

Las pequeñas cosas, las sencillas, son las que tienen el poder de hacernos más felices. Vacaciones en familia, cortas, simples, pero en familia. No están todos los que me gustaría y, sin embargo, los que faltan están esta noche aquí conmigo, junto a mi, mi buen vaso de ron, mi puro y el sonido del mar, la mar, rompiendo en olas.

El duro levante, tornado en estas dulces horas en suave brisa marina, viajando libre en este paraje casi salvaje de mi bendita Andalucía me hace evocar imágenes de paraísos caribeños y, no nos olvidemos, no he salido de mi tierra. Este lugar, inédito para mi ha conseguido hacerme olvidar, en tan sólo horas, todo un año de trabajo y estrés.

Obviamente no solo trabaja en mí la magia del lugar. La compañía, mi predisposición y otros factores que quizás en otro momento contaré, hacen que este sea un buen comienzo de vacaciones.

Unas vacaciones que prometen porque, siendo el primer día de ellas, y con un puro, un buen vaso de ron y la noche por delante sentado en el porche de mi apartamento oyendo el Mar, la Mar, romper inquieta en la orilla desgastada, me doy cuenta que son pequeñas cosas y se que son las que, en éste momento, me hacen feliz.

miércoles, 10 de julio de 2013

2 X 1

Hoy he recibido una gran noticia. Una de esas que te alegran, una buena noticia, pero  que te dejan las piernas temblando cuando tu eres su protagonista.

El hecho es que un amigo me ha contado que va a volver a ser padre. Hasta aquí todo bien, pero la sorpresa mayúscula ha llegado cuando me ha dicho que lo que viene de camino son mellizos.

Automáticamente y sin proponerlo, me he teletransportado a su pellejo, y me he imaginado a mí mismo en esa situación. Me he vuelto a ver cargado de biberones (×2), envuelto en montones de pañales (×2) y empujando un carro enorme de 3 ejes, dirección asistida y frenos ABS...

De ser 3 van a pasar a familia numerosa de un plumazo. Unos dirán "que locura", otros dirán "que ilusión", y otros no se atreverán ni a decir nada.

Por mi parte, creo que es una locura ilusionante que te deja sin palabras. Un nuevo comienzo que debe hacer que te lo replantees todo de nuevo.

Yo me alegro mucho por ellos, aunque ya saben que les va a hacer falta grandes dosis de paciencia y de fuerza.

Desde mi ventana os ofrezco todo mi apoyo, y os deseo que disfrutéis de la nueva situación todo lo posible. Me gustaría ver crecer a esos niños a vuestro lado y ser parte de la gran familia que estais formando.

ENHORABUENA.

domingo, 7 de julio de 2013

Cambios

Siempre que nos encontramos ante cambios, ya esperados o inesperados, nuestras mentes suelen reaccionar con miedo, sospecha e histeria.

Desde el sofá de casa todo aquello que implique un mínimo cambio de ritmo nos hace sudar, temblar y hasta llorar. Nuestro yo cobarde suele ser más fuerte que el valiente aventurero y nos retrae, nos coarta y nos disminuye en capacidad, coraje y arrojo.

Pero es en ese tipo de momentos en el que nos damos cuenta, si vencemos los miedos, de nuestra fuerza. Son esos momentos, una vez superados, los que nos hacen crecer, madurar y mejorar.

Hoy quería dedicar estas palabras a una buena amiga que se encuentra ante uno de estos momentos de cambio. Con miedos y dudas pero también con ilusión y esfuerzo va camino de afrontarlo y estoy totalmente convencido de que saldrá victoriosa y reforzada.

Por ello, desde mi ventana, te mando todo mi apoyo y te deseo toda la suerte del mundo en esta nueva etapa.

Llévate en tu viaje un fuerte abrazo de tu amigo y la certeza de saber que este cambio ya ha traído algo bueno, la reapertura de esta ventana que es Diario de un caminante. Como te dije, vuelvo a escribir para que tengas contigo, allá donde estés, un recuerdo de nuestra amistad.

Suerte y a por ellos.

viernes, 5 de julio de 2013

Sigue escribiendo

" Sigue escribiendo ".

Eso es lo que algunos de mis queridos amigos me han dicho en varias ocasiones. "Sigue escribiendo, no lo dejes". Y yo sin encontrar momentos apropiados  para volver a hacerlo. Quizás porque no tenía nada que decir, o quizás porque no me apetecía mucho decir nada.

Y de pronto algo se produce. Algo que cambia un pequeño punto de vista transformándolo por completo.

Como si de un recién nacido año nuevo se tratara, he hecho el firme propósito de volver a escribir. Espero volver a contar con todos los que alguna vez me habéis seguido y con aquellos de vosotros que no lo habéis hecho hasta ahora. Quisiera que este diario vuelva a ser un lugar en el que encontrarnos, tanto mío como vuestro.

No se por cuanto tiempo. No se hasta que momento, pero esta ventana vuelve a estar abierta para todo el que quiera asomarse a ella.