miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz año nuevo

En las vísperas de la entrada del nuevo año os deseo a todos mucha felicidad, y que se os cumplan la mayoría de vuestros deseos.

Espero que el 2009 os colme de bienes, y que al menos sea como para mí ha sido el 2008. A tiempo pasado, haciendo reflexión, puede que este fuera uno de mis mejores años, por muchos motivos. Por mi parte, al que está a punto de nacer le pediría que se mantuviera en la misma linea que el que agoniza, a casi 5 horas de su expiración final.

Recordad que debéis ser buenos durante todo el año, pero sobre todo ahora que los Reyes Magos, cargados ya con su irreal carga, nos observan y nos juzgan desde sus reales moradas. Haced memoria del año pasado, de lo bueno y lo malo, e intentad descubrir como mejorar aquellas cosillas que aun tenemos que perfilar de nuestras ajadas almas, no sea que Melchor, Gaspar y Baltazar, en su eterna sabiduría, tengan a bien darnos la sorpresa a alguno y dejarnos carbón por nuestra mala conducta...

FELIZ AÑO Y SED BUENOS...

Un abarazo rojiblanco de vuestro siempre amigo (a mis amigos) y eterno admirador (a mis enemigos, que también los hay)

jueves, 25 de diciembre de 2008

La cuarta de la Navidad. Nochebuena

Acabo de clausurar la nochebuena en mi casa. Este año he cenado con mis padres y mis suegros en casa.

Hemos cenado sin privarnos de nada, jamón, queso, angulas, carne, lubina... Todo regado con buenos caldos de la tierra, manzanilla de barbadillo, monopol, y por supuesto cava, que nos ha acompañado hasta el final de la velada.

He recibido también la visita de mi hermana, con mi cuñado y mi sobrino. Se han tomado un copazo en casa, como mandan los cánones, y han estado hasta que el niño ya no podía más y se caía de sueño.

Mi padre y mi suegro, tras una noche de alegre beber, han acabado algo más que contentos. Lo único que he echado en falta ha sido una guitarrita, que esperaba que trajera mi padre, pero otra vez será.

La verdad es que normalmente esta noche produce en mi una sensación de nostalgia y tristeza. No me gustan demasiado estas fechas. Pero hay que pasarlas lo mejor posible, ¿no?, y en ese sentido he intentado pasar la noche.

La previa de la cena ha sido una copa con los compis, como cada año, gorro de navidad incluido. Este año, debido al "destierro" que he sufrido (ya me considero un funcionario casi de pleno derecho) ha sido algo distinto, y no he estado todo el día con ellos, pero la copa de rigor ha mitigado un poco la nostalgia.

Quiero desearos, a todos los que sois asiduos a este recorte de mi mente, unas felices fiestas y una buena Navidad. Y a todos a los que os tengo por amigos, felicidad y amor eternos (que cursi, ¿no?).

La nochebuena ha acabado, la Navidad comienza. Mañana, bueno, ya hoy mismo, tendré la quinta comida de Navidad, esta con mis suegros y mis cuñados, pero esa será otra historia que será contada debidamente mañana...

domingo, 21 de diciembre de 2008

La tercera de la Navidad

El viernes pasado (día 19) acudí a la comida de Navidad de mi empresa. Esta ha sido más cometida, en cuanto a desenfreno de mi persona, que la anterior, más tranquila y relajada.

Comenzamos a eso de las 3 en el Fuerte de Isla Mágica. Reencuentro con compañeros que hacía tiempo que no veía (como siempre), entrega de regalos y premios (como siempre), y lote espinacas y barceló que me metí por el cuerpo (como casi siempre).

Durante el evento se fueron incorporando otros compañeros, a medida que se iban acabando las respectivas comidas de sus empresas. Nosotros, como nos caracteriza, abriendo los brazos a los despojados de fiesta.

La compañera que se encargó de hacer las "fotos oficiales" se me acercó en un par de ocasiones, y al oler en el aire la presencia de una canon mis sentidos se pusieron rápidamente alerta, mis orejas se elevaron, y mis manos, inquietas, no pudieron evitar la tentación de escaparse de mi control y acceder a poseer a la "negrita". Como a estos eventos no suelo llevar cámara (ni siquiera mi otra pequeña canon), por lo que pueda pasar, siempre voy con un poco de mono, y casi siempre me arrepiento de no habérmela llevado; al menos esta vez pude desquitarme un poco haciendo alguna que otra foto...

Como viene siendo habitual en estas comidas de empresa solemos acabar todos en la misma discoteca, esta vez no iba a ser menos, y antes de irnos del fuerte ya tenía en mi bolsillo unos 20 pases de puerta para el Antique, así que para allí nos encaminamos.

Uno de los compañeros, sevillista como yo (no daré más pistas de quien era, pero a buen entendedor...), digamos que estaba un poco perjudicado..., "le sentó mal el último ron", así que tuve que conducir su coche yo mismo hacia la discoteca, mientras me decía una y otra vez, una y otra vez (one more time): "illo, que yooo voyyy bieeeen, lo unico que..., quilloooo, ¿como ha cogido yooo la shaqueetaaaa?, vaya papa mas güenaaaaaaa". Mis acompañantes de vehículo, Semi y Miriam saben de lo que hablo...

En la discoteca, más gente que en la Cuesta del Rosario para ver como es presentado Jesús al Pueblo. Casi todos compañeros. Y como siempre, como tenemos una promesa hecha, nos ponemos al final de la sala. Dos horas y media para llegar al sitio en el que nos pusimos dentro, entre codazos, saludos, bromas...

Después un poco de baile, unas risas más y para casa prontito esta vez (sobre las 11 ó 12), que uno ya está mayor y se empieza a resentir de tanto jaleo. Y es que, además, el futuro es demoledor: El miércoles cena de Navidad familiar (me podré hirviendo de comer y beber en casa, que miedo...), el jueves almuerzo de Navidad (tres cuartos de lo mismo pero en casa de mis suegros y/o de mis padres), el sábado cena con unos amigos... Y esto es sólo pensando en esta semana.

El día que me muera espero que me entierren, porque como a alguien se le ocurra quemarme, me voy a llevar ardiendo 16 meses...

sábado, 13 de diciembre de 2008

La segunda de la Navidad

El viernes fui a la segunda comida de Navidad de este año, en esta ocasión con los compañeros del curro.

Quedamos para almorzar unos 24, fuimos al 7 lunas, en Gonzalo de Bilbao. No está mal el sitio, un poco pequeño, pero la comida bastante buena. Comenzó la fiesta con unas copas de vino, bastante bien puestas, acompañando a un buen plato de arroz con carrillada.

Tras el almuerzo, que acabo cerca de las 6 se incorporaron algunas compañeras que no vinieron a la comida, y algún que otro cobarde ya abandonó el evento (no te preocupes, no diré que fuiste tú, José Miguel..., uy). Pusimos rumbo a Luisiana, pero como a medio camino el gaznate ya nos pedía flamenco, tuvimos que hacer una parada técnica en Unique, donde se vio que algunos elementos del grupo apuntaban alto, y tenían intención de llegar lejos durante la noche (yo entre ellos, claro).

La llegada a Luisiana fue tranquila, adaptándonos al medio... Gracias a la inestimable generosidad de Manu, este que escribe se dio el primer latigazo de várdere. A partir de aquí ya empiezo a tener las cosas un poco borrosas...

Tras un buen rato en Luisiana, nos encaminamos a recuperar un poco de fuerza, para ello que mejor que devorar una pizza. Tras ello, y como mandan los cánones de esta mariana ciudad, un pequeño pero intenso paso por Bulería, nos sirvió para elevar nuestras almas de flamencos, unas sevillanitas pal cuerpo pa no olvidar quienes somos.

Ya aquí éramos pocos los valientes, y tras un gran esfuerzo decidimos acercarnos a Abril, unos en taxi, y otros a patita, que el aire era fresquito y nos vendría bien, ¿verdad Javi?

Ya en la puerta de Abril, 7 u 8 compañeros quedábamos aguantando el listón, y tras comprobar que el acceso al local sería harto complicado, nos decidimos los Javieres en poner fin a tan magnífico evento.

Durante unos segundos de terror por mi parte, en los que el compañero me propuso volver a casa en bici (ay, casi me muero del susto), la lógica se apoderó de nuestro espíritu..., paramos un taxi.

Y así, casi sin querer se clausuró la segunda comida de Navidad de 2008 para mi persona. Bueno algo más queda por decir, la mañana del sábado cuando me levanté resulta que no tenía resaca, sino que aún no se me había pasado el vassssilón, menos mal que desayuné y me volví a acostar otra vez...

domingo, 7 de diciembre de 2008

Primera de la Navidad

Hoy he tenido la primera comida de Navidad de 2008.

Hemos ido los colegas de siempre a comer a la ruta del agua, en Guillena. Buena comida, buena bebida, muy buena compañía... La verdad es que hemos pasado un buen día.

El sitio está muy guapo, se llama La cantina, y aunque el camino es un poco "rural" merece la pena. Está a los pies del embalse de Guillena, naturaleza en estado puro. Además está muy simpático, los dueños tienen suelto un cervatillo, que campa a su gusto como si de un perro se tratase.

El paisaje es espectacular, a los que os guste la fotografía como a mí podéis combinar un buen día de comida con un rato de entrega a este noble arte.

Sitio muy recomendable al que seguramente volveré pronto a comer un buen plato de migas.